¿Por qué los aviones no guardan todos sus datos en la nube?

Ahora que todo se guarda en la nube, que ya cada vez menos se almacena información en nuestros PC’s, seguro que la pregunta os la habéis hecho alguna vez: ¿Porqué los aviones aún registran de forma local todos los datos del vuelo en las famosas cajas negras?

LA CAJA NEGRA

La mayor parte del tráfico comercial se rastrea actualmente desde radares en tierra, que no funcionan en una gran parte del planeta, especialmente cuando los aviones sobrevuelan los océanos. Buena parte de estos vuelos pueden estar desaparecidos durante distintos periodos de vuelo (se estima que el setenta por ciento del espacio aéreo mundial no tiene vigilancia). Las aeronaves, cuando sobrevuelan los océanos, informan sobre sus posiciones al control de tráfico aéreo cada 10 a 15 minutos, como máximo, y entre esos períodos, nadie sabe dónde están.

Las cajas negras comenzaron a instalarse en las aeronaves a finales de los años 50, después de que varios modelos del primer avión comercial, The Havilland Comet, sufrieran graves accidentes causando la muerte de cientos de pasajeros. En aquella época, las únicas investigaciones posibles consistían en analizar los restos de los aparatos en busca de fallos. Con el fin de mejorar la situación, el científico australiano David Warren diseñó un sistema que podía registrar las conversaciones de la tripulación durante el vuelo. Australia fue el primer país en declarar obligatorio el uso de aquellas máquinas registradoras en 1960. Actualmente, una caja negra integra dos dispositivos que registran una ingente cantidad de información durante el vuelo –graban hasta 25 horas de datos y 180 minutos de conversación−. El primer dispositivo, el Registrador de Datos de Vuelo (FDR), recoge parámetros como la trayectoria, altitud, velocidad, condiciones meteorológicas, posición de los mandos, condiciones de los motores y despliegue de los elementos aerodinámicos en cada fase de vuelo. El segundo dispositivo, la Grabadora de Voces de la Cabina (CVR) se encarga de grabar todas las conversaciones de la tripulación, bien con otros aviones o bien con los servicios de control de tráfico aéreo. También registran las conversaciones entre el piloto y el copiloto y el sonido ambiente de la cabina.

Estas dos grabadoras, integradas en la caja negra -que como ya sabéis es de color rojo o naranja- son más modernas y resistentes que las primeras que se fabricaban, pero la dificultad para localizarlas a grandes profundidades, si el avión cae en el mar, continúa siendo un gran problema.

UNA CAJA NEGRA VIRTUAL, EN LA NUBE

La solución pasaría por registrar todo en la nube, en una «caja negra virtual». Pero para esto se necesita una comunicación permanente y de banda ancha entre el avión y un servidor que lo almacenase todo online. Y para esto se necesitan satélites, dado que los aviones no siempre vuelan por zonas «con cobertura». Podríamos pensar que una solución combinada de estaciones en tierra y satélites sería la adecuada, pero esto no es posible. Y no es posible por una razón muy simple; el alto precio de las transmisiones vía satélite y el poco ancho de banda de las mismas.

Aún así, una compañía utiliza este sistema, la canadiense Flight. Más adelante lo vemos.

La red actual de satélites

Actualmente, Iridium define a la red que los 66 satélites de comunicaciones que giran alrededor de la Tierra a una altura aproximada de 780 km. Cada una de las 6 órbitas consta de 11 satélites equidistantes entre sí, y los satélites tardan 100 minutos en dar la vuelta al mundo de polo a polo, dotando de cobertura de voz y datos a los dispositivos en zonas donde no hay cobertura de móvil. Quien contrate este sistema debe adquirir un equipo especial y pagar 5 dólares por MB. Estos satélites datan de los años 90 y no tienen suficiente ancho de banda para admitir la ingente cantidad de datos que generarían los cerca de 40.000 aviones que diariamente realizan más de 100.000 vuelos.

LA SOLUCIÓN. LOS NUEVOS IRIDIUM-AIREON

Una nueva red de satélites de Iridium-Aireon puestos en órbita por Space X, la empresa de Elon Musk, puede ser la solución. En principio, podrá rastrear todos los aviones comerciales en tiempo real, en cualquier lugar del planeta. Aireon ha diseñado un sistema que califica como “el mayor intercambio de tecnología que el universo haya visto”. Los nuevos satélites irán reemplazando a los viejos, que serán movidos a órbitas más bajas donde se quemarán en la atmósfera terrestre evitando aumentar la problemática basura espacial. Esta nueva red de satélites de Iridium-Aireon hará imposible que un avión desaparezca. La tecnología también puede hacer posible que los controladores de tránsito aéreo permitan un mayor número de vuelo al mismo tiempo en rutas ocupadas sobre los océanos Atlántico y Pacífico. También podría permitir rutas de vuelo más directas, minoraría los retrasos y acortaría el tiempo de vuelo entre continentes. Y, evidentemente, con esta nueva red de satélites operativa, las compañías podrían ofrecer internet a los pasajeros durante el vuelo.

La Canadiensa Flyght

Actualmente, la compañía canadiense FLYGHT  ya ofrece un sistema de transmisión y almacenamiento en la nube para los aviones, que utiliza, curiosamente, la red de satélites de Iridium. Pese a contar con más de 50 aerolíneas entre sus clientes,  First Air es la única en el mundo que usa el sistema de ‘streaming’ en tiempo real. Para evitar que el volumen de información supere la capacidad de la red, el sistema de FLYGHT solo inicia el ‘streaming’ en tres circunstancias: cuando el dispositivo detecta una irregularidad en el vuelo, si los pilotos lo activan manualmente o por orden de la propia compañía aérea desde tierra. Depende de las exigencias de la aerolínea, pero en general solo se transmiten los parámetros esenciales del FDR en circunstancias excepcionales, siendo los datos comprimidos y enviados en pequeños paquetes.

Nadie da el primer paso para implantarlo de forma generalizada.

“Desde el accidente de la aerolínea malasia y la pérdida del avión han tenido todas las oportunidades para empezar a desarrollar el proyecto”, critica el científico David Stupples, de la Universidad de la City de Londres. Mientras que instituciones como la Organización de Aviación Civil Internacional (un organismo de Naciones Unidas) posponen el debate porque instaurar una norma llevaría tiempo y necesitan conseguir un consenso por parte de las aerolíneas, las compañías aéreas “lo aplazan debido a los costes”, señala Stupples. “Cada vez que hay un accidente crece el impulso de hacerlo realidad, pero después las intenciones se desvanecen y vuelven a retrasar el tema”.

SpaceX

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Pero quien aquí se supone que va a cortar el bacalo es la compañía de Elon Musk. SpaceX es la más barata colocando satélites en órbita, con el novedoso sistema de aterrizaje vertical de sus cohetes lanzadores, y hace menos de 10 días lanzó otro satélite Iridium.  Actualmente, SpaceX sitúa 1 Kg en órbita de transferencia geoestacionaria por 7.400 dólares. El coste por colocar  un kilogramo en órbita puede llegar hasta los 28.000 dólares, dependiendo de la compañía que efectúe el lanzamiento. Por esto a SpaceX le hacen cola.

Cuando toda la nueva red de satélites esté funcionando, las cajas negras en la nube acabarán implantándose.

Fuentes: https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2016-07-03/por-que-la-caja-negra-de-los-aviones-no-se-almacena-en-la-nube_1226639/

https://www.lavanguardia.com/tecnologia/20190117/454180006641/barcos-aviones-internet-satelites-elon-musk.html

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http://abcblogs.abc.es/proxima-estacion/public/post/viajar-aviones-diarios-mundo-16911.asp/

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